Aunque hacer una crítica es difícil, normalmente recibirla es todavía más. Cuando hacemos una crítica podemos escoger el momento, utilizar estrategias para controlar nuestras emociones e incluso prepararla con antelación. Todo esto es imposible cuando recibimos una crítica.
Existen varias formas automáticas de reaccionar ante las críticas que más que ayudarnos, COMPLICAN nuestras relaciones sociales:
– La primera es contratacar. Reaccionar criticando o descalificando al interlocutor y a ser posible con mayor dureza. El resultado inevitable de esta estrategia es la discusión y el enfado.
– Una segunda forma de reaccionar es NEGAR LA CRITICA, independientemente si estamos de acuerdo o no, pero esto tampoco hace que tus relaciones interpersonales mejoren.
– Finalmente, una tercera manera de afrontar la crítica, es ACEPTARLA SIN MÁS, sin ni siquiera analizar si estás de acuerdo con ella y además, interpretar el supuesto error como una muestra significativa de tu falta de valía, lo que provoca culpabilidad, tristeza…Si las primeras emociones que sientes son éstas, intenta pensar que mientras no se demuestre lo contrario, el contenido de la crítica que estás recibiendo expresa la opinión de la otra persona, pero no necesariamente la realidad objetiva.
Condiciones previas:
– Es necesario saber interpretar correctamente una situación en la que le parezca que está siendo criticada. Tiene que saber discriminar lo que es verdadera crítica y lo que es una mera interpretación suya.
– También es necesario saber evaluar cuándo una crítica está siendo emitida con mala voluntad (en cuyo caso tendría que saber defenderse asertivamente) y cuándo se trata de una crítica constructiva (en cuyo caso la reacción iría más encaminada a evaluar si la otra persona tiene razón y/o como responder a ello).
Comunicación no verbal:
– Es muy importante a la hora de responder a una crítica el tono que utilicemos, ya que la persona que esté criticando no tiene que sentirse agredida. Si esto ocurre, la conversación acabaría en una discusión o una competencia de agresiones mutuas, que no llegaría a ninguna parte, el tono de la respuesta debe ser por tanto, lo más neutro y aséptico posible
Comunicación verbal:
Veamos las estrategias más comunes que existen para responder a la crítica.
- Escuchar la crítica sin interrumpir.
- No contratacar con otra crítica (evitar la escalada).
- Dedicar un momento a:
-Relajarnos.
-Respirar hondo.
-Autoinstrucciones: calma, tranquilo, …
- Definir nuestro objetivo, en función de que:
a) La persona o la crítica son importantes.
b) La crítica es verdadera y decido cambiar.
c) La persona o la crítica no me interesa.
d) La crítica es verdadera, pero decido no cambiar.
e) La crítica no es verdadera.
Diferentes situaciones que podemos encontrarnos al afrontar una crítica:
LA PERSONA O LA CRÍTICA SON IMPORTANTES.
– Mediante preguntas obligar al interlocutor a dar más información y más específica, con un doble objetivo:
Agotar la crítica si es manipulativa y no tiene razón o enriquecernos con ella si es justificada. Pedir clarificación y no permitir respuestas vagas o negativas. No permitas que el otro generalice su crítica a otras situaciones o a otras facetas de tu personalidad..
Ejemplos: ¿qué hay de malo en …?.
¿qué quieres decir con …?
¿a que te refieres exactamente cuando dices…?
¿podrías explicarte mejor cuando dices…?.
¿En que cosas te parece que…?
– Empatizar, entender al otro o ponernos en su lugar.
LA CRÍTICA ES VERDADERA Y DECIDO CAMBIAR.
– Aceptar la verdad:
Si al oír la crítica y entenderla, estamos de acuerdo en su contenido, lo asertivo y honesto sería reconocerlo. Cuando así lo hacemos estamos utilizando la aserción negativa. Sería aceptar la crítica sin adoptar actitudes defensivas, sin justificarnos, sin enfadarnos y por supuesto, sin hundirnos o sentirnos excesivamente culpables. Implicaría reconocer que hemos cometido un error y que somos responsables de ello si creemos que tiene razón, enfrentarnos y aceptar nuestros errores o aquellos que los demás nos señalen como tales, de una manera asertiva, sin justificarnos, disculparnos o sentirnos culpables:
ejemplos: es verdad…
Tienes razón…
– Convenir con la posibilidad: (es posible, puedes que tengas razón…)
– Si consideramos que hay algún dato que la otra persona desconoce y que es importante para comprender la situación, explicárselo. No utilizar excusas o justificaciones. Explicar porque (no lo hice porqué, hice esto porqué…)
– Dar alternativas de solución al problema (si las hubiera). Expreso mi deseo de cambio: operativizo y concreto en qué.
LA PERSONA O LA CRÍTICA NO NOS INTERESA.
– Reconocer la opinión del otro: “Esa es tu opinión”
– Si la situación se alarga demasiado: retirada progresiva de señales verbales y no verbales (contacto visual…) y salir de la situación.
– Reconocer el comportamiento o la posibilidad de que pueda molestarle al otro (empatizar).
– Evitar justificarse.
– Expresar claramente el objetivo, “no voy a cambiar porque…”
– Plantear alternativas
LA CRÍTICA NO ES VERDADERA.
– Explicar claramente nuestro punto de vista y porqué creemos que no tiene razón.
– Añadir información si consideramos que el otro desconoce algún dato relevante de la situación.
– Autoafirmarmos en nuestra opinión: “no es cierto…” y repetirlo, si es necesario las veces que haga falta.
– Otra estrategia para recibir críticas, especialmente críticas malintencionadas. Consiste en mediante expresiones ambiguas, reconocer que algo de la crítica de la otra persona podría ser cierto. En este sentido sería como correr una cortina de humo o niebla entre el interlocutor y nosotros mismos. Por ejp ante la crítica “Ese pantalón que te has comprado es horroroso”, un banco de niebla podría ser: ya, comprendo que a ti no te guste. Al utilizar esta expresión es muy importante controlar las variables paralinguísticas y no verbales. La palabra clave es normalidad. El volumen y la entonación de voz y el volumen del habla y el ritmo de habla deben ser totalmente neutros, al igual que la expresividad del rostro. Este tipo de estrategia se recomienda sólo en el caso de críticas deshonestas, es decir, ante aquel tipo de personas que les gusta reírse de los demás haciendo comentarios hirientes o despectivos. El mensaje que subyace es no me afecta, ni siquiera me importa lo que me estás diciendo.
LA OTRA PERSONA ESTA SIENDO MUY AGRESIVO CON NOSOTROS:
Definiríamos agresividad como gritos, insultos o uso de expresiones descalificativos. En estas situaciones difíciles nuestro objetivo fundamental deberá ser cortar la interacción tan pronto como sea posible. La agresividad parece que se contagia, es muy difícil mantener el control si esta situación se prolonga. La mejor opción es utilizar una estrategia denominada “Enfado que se desarma” y consiste en bloquear el discurso de la otra persona (no contestarla, omitirla o decirle: “estas muy alterado/a cuando te calmes hablamos de este tema”). Si todavía se enfada más y usa nuestra negativa a continuar hablando en estas condiciones como parte de sus argumentos descalificadores, no hay elección, solamente nos queda salir de la habitación.
Patricia Díaz-Tendero
Almudena Fuentevilla
@hadipsicologia
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