LA PERSEVERANCIA

Resumen nuestra participación en SER Torrelavega el día 10 de octubre de 2013

En anteriores programas hemos hablado de la procrastinación que nos llevaba a posponer hasta el infinito las cosas que tenemos que hacer, o cómo identificar pensamientos y aceptarlo o modificarlos… la manera de afrontar este tipo de problemas no es otra que siendo consciente de que algo tiene que cambiar para conseguir nuestros objetivos o el objetivo principal que tenemos todos que aunque ambiguo no es otro que el de intentar ser más felices cada día.

¿ Qué decir de la perseverancia, aparte de que, si queremos provocar un cambio en nuestra vida o alcanzar un objetivo , debemos perseverar para lograrlo? Bueno, si bien esto es una realidad indiscutible, hay más cosas que decir sobre la perseverancia.

Cuando hablamos de perseverancia, hay que ir más allá de la siempre concepción de “esfuerzo continuo” o “no darnos por vencidos”. La perseverancia exige el desarrollo de una filosofía de constancia no solo  para hoy, o para la semana que viene, sino a mucho más largo plazo.

Muchos gurús de la psicología y algún que otro libro de autoayuda nos dirán que la perseverancia es una de las cualidades esenciales para tener éxito en la vida. Y aunque inicialmente sea una de esas frases transcendentales de moda, si lo analizamos con cierta ironía, no nos está diciendo nada. Porque lo importante no es únicamente saber dónde uno quiere llegar o lo que quiere conseguir o qué le gustaría cambiar de sí mismo. Lo importante es saber cómo hacer para conseguir ser constante y qué nos va a suponer serlo (tiempo, dedicación..).

La motivación consta de tres componentes:

Dirección: lo que intentamos hacer o lograr

Esfuerzo: hasta qué punto lo intentamos

Perseverancia: cuánto tiempo lo seguimos intentado

Nos puede pasar que sepamos en qué dirección queremos ir y esforzarnos mucho al principio por seguirla, pero al final nos damos por vencidos porque carecemos de la perseverancia necesaria para mantener el esfuerzo.

¿Cómo conseguir ser perseverante? La receta del día…

1. Tener claro hacia dónde… ¿Qué quiero conseguir?. Es importante que tengamos claro nuestro objetivo y que este objetivo sea lo más concreto posible. Debemos dejar a un lado objetivos ambiguos o generalistas ( como por ejemplo “ ser feliz”. ¿Qué te haría feliz?  “trabajar de fotógrafo freelance para National Geographic”, este sí es un objetivo). Hay una máxima para establecer objetivos y es que estos deben ser mediables ( es decir que podamos saber si se han conseguido o no y en qué medida), alcanzables pero retadores ( que supongan un reto pero que analizándolos objetivamente podamos conseguirlos) y acotados en el tiempo.
2. Preguntarnos… ¿conseguirlo depende de mí al 100%? Si la contestación a esta pregunta es afirmativa, adelante con el siguiente paso. Pero si no depende de uno mismo al 100% entonces debemos preguntarnos… ¿qué sí depende de mí? Y una vez analizado, llevar a cabo un plan para realizar eso qué yo sí puedo hacer para conseguir mi objetivo. Sin embargo, no debemos olvidarnos de un aspecto importante y es que debemos aceptar que la parte que no depende de nosotros puede no llegar a materializarse (a veces es cuestión de azar o de la participación de otra persona por ejemplo si es un objetivo de pareja). En estos casos, lo importante es que nos quedemos con la sensación de haber hecho lo posible para lograr nuestro objetivo, lo que nos llevará a sentirnos orgullosos de nosotros mismos
3. Vence  los “peros” y los pensamientos pesimistas. Por cada pensamiento pesimista sobre tus posibilidades de lograrlo, oblígate a generar uno optimista, y acuérdate de no dejarte llevar por las emociones de los momentos malos que por el camino hacia tu objetivo te encontrarás. Al igual que debes tener cuidado con los momentos de excesiva euforia en los que corres el riesgo sobrestimarte, sin tener en cuenta las dificultades que puedes encontrarte.
4. ¿Qué pasos tendrías que emprender para conseguir tu objetivo? Recuerda que todos los caminos llegan a Roma, pero que algunos son más directos que otros. Elabora un plan de acción, qué tareas tienes que llevar a cabo para conseguir tu objetivo. Si mi objetivo es dejar de fumar, uno de los caminos que me pueden llevar a conseguirlo sería no comprar tabaco, sin embargo eso puede no ser la opción más fácil de mantener cuando tenga síndrome de abstinencia… por ello, para empezar serán mejor opciones que sean sencillas, que las pueda llevar a cabo inicialmente sin gran esfuerzo. Poco a poco, según progresemos, podremos realizar tareas más complicadas o que requieran más de nosotros.

5. Anticipa las dificultades que puedes encontrarte con ese plan de acción que has establecido y desarrolla un plan para afrontarlas si llegan a aparecer. Por ejemplo, ante la tarea de no comprar tabaco para dejar de fumar, podemos anticipar que será difícil de controlar cuando alguien nos ofrezca un cigarrillo. Un plan para afrontar estas situaciones podría ser informar previamente a las personas de nuestro entorno sobre nuestro deseo de dejar de fumar y por tanto que no nos ofrezcan tabaco o incluso que si les es posible, eviten fumar cuando estén con nosotros.
6. ESFUERZO. Ingrediente principal de la perseverancia, ya que va implícito en ella. Thomas Edison decía que “el genio era un 1% inspiración y un 99% transpiración” haciendo alusión al sudor que genera el esfuerzo y el trabajo duro. Muy pocas cosas aparecen de forma milagrosa en nuestra vida y aunque aparezcan sin buscarlas mantenerlas nos requerirá esfuerzo y dedicación. Chequéate, estás preparado para el esfuerzo que va a suponer, para renunciar a ciertas cosas en tu vida… estás dispuesto a implicarte al 100%
En este punto es importante diferenciar entre intentar y hacer. Muchas personas cuando les propones algo te contestan “lo intentaré” en lugar de “lo haré”. Aunque esta respuesta denota que la persona hará algún esfuerzo, también indica que su compromiso no refleja la exigencia real para conseguir el cambio o el objetivo que se haya marcado. La diferencia es clara en cuanto a la actitud, está mañana cuando os habéis levantado, ¿os habéis planteado intentar vestiros o lo habéis hecho? Haciendo se consiguen resultados, intentándolo no.

7. COMPROMISO. Es el siguiente ingrediente fundamental de la perseverancia. Es importante que cada uno establezca un compromiso consigo mismo en cuanto al tiempo necesario para alcanzar su objetivo. Sé realista, no te dejes llevar por la impaciencia, marca un tiempo límite si tu objetivo tiene caducidad. Y si se trata de un plan de vida, acepta que el camino será largo, sobre todo porque una vez logrado los esfuerzos se centrarán en lograr mantenerlo.

En muchos casos, estos caminos estarán llenos de pequeños éxitos y fracasos, como una ascensión a la cima de una montaña en la que aunque subiendo, a veces nos caigamos. No debemos vivirlo como recaídas sino como pequeñas caídas de las que aprender para seguir el subiendo.  Hay una frase que me gusta mucho de Og Mandino que dice “ el fracaso es la autopista al éxito”.

8. Cultivar la paciencia. ¿Cómo? Visualizando el largo plazo y venciendo las tentaciones del corto plazo. Si no visualizaran el aprobado, pocos estudiantes elegirían estar una tarde entera en la biblioteca estudiando. Si no visualizaran su figura con unos kilos de menos, pocas personas seguirían una dieta. Y si no se visualizaran encima del pódium, pocos deportistas estarían motivados en sus en muchas ocasiones duros entrenamientos diarios.

Patricia Díaz-Tendero

Almudena Fuentevilla

© Hadi Psicología y Psicoterapia

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