EL DILEMA DE LAS ACTIVIDADES EXTRAESCOLARES

EL DILEMA DE LAS ACTIVIDADES EXTRAESCOLARES

Con la llegada de octubre, y una vez superados ya los primeros días de clase, tanto padres como niños se encuentran con la posibilidad de elegir entre una cantidad inimaginable de opciones para cubrir las horas fuera del cole, buscando contribuir de esta forma al desarrollo integral de los hijos.

Pero es en ese momento cuando muchos nos planteamos: el hecho de acudir a actividades extraescolares ¿es enriquecedor o contraproducente? Lo cierto es que hay discrepancia entre los partidarios de este tipo de actividades y quienes ponen en duda su conveniencia.

Por una parte, está claro que dadas las condiciones de la sociedad actual, en muchas ocasiones el recurrir a “extraescolares” es el único modo que tienen los padres de poder conciliar su vida laboral y familiar.

Pero, si este es el caso, siempre se puede reflexionar y buscar la mejor opción.

Para valorar la adecuación o no de una actividad extraescolar tendremos que tener en cuenta las características (tanto potencialidades como necesidades), y los intereses del niño o niña que va a realizar la actividad. Mientras que para unos el hecho de ir a baloncesto puede resultar una experiencia muy agradable, para otros puede resultar desagradable o agobiante.

¿CÓMO ELEGIR ENTONCES UNA ACTIVIDAD ADECUADA PARA MI HIJO/A?

Existen una serie de pautas que pueden orientarnos a la hora de encontrar una buena actividad para un niño.

–       La primera de todas es, como ya hemos mencionado, partir de los intereses y características del niño.

Por ejemplo, las actividades deportivas en equipo (fútbol, balonmano, etc.) pueden ayudar a desarrollar habilidades sociales en aquellos niños que lo necesiten; y no olvidemos además que realizando ejercicio físico también fomentamos un estilo de vida saludable.

Sin embargo, si un niño presenta dificultades en la asignatura de inglés en la escuela, parece lógico que probablemente no sea lo más acertado que acuda a clases de francés una vez termine la jornada escolar.

–       Otro aspecto a tener en cuenta es que el hecho de hacer actividades fuera del colegio nunca puede abarcar todo el tiempo libre de los pequeños: deben tener su espacio de ocio así como tiempo suficiente para cumplir con las obligaciones académicas.

–       Las extraescolares no deben convertirse únicamente en un “vamos a suplir carencias”: particular de lengua, de matemáticas, clases de inglés…

–       Lo más adecuado es combinar ejercicio físico e intelectual (no saturar ni de uno ni del otro).

–       No vivir por nuestros hijos: ¡con lo que me hubiera gustado a mi de niño ir a clase de guitarra!

Es imprescindible escucharles siempre, y llegar a acuerdos con ellos.

Finalmente, cabe señalar que es fundamental tener en cuenta que un mal uso de este tipo de actividades puede desencadenar en el niño estrés infantil. Y ciertamente no podemos medir qué tipo de actividad o qué número de horas puede ser perjudicial, ya que cada pequeño es único y lo que para uno puede vivirse positivamente para otro puede generar ansiedad.

Cecilia Collantes

Psicopedagoga

© Hadi Psicología y Psicoterapia

@hadipsicologia

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