Coaching, el camino hacia el éxito

¿Alguna vez se ha planteado mejorar en algo? ¿Ha tenido la sensación de necesitar un cambio en su vida sin saber cómo y de qué forma iniciar el camino?
Queremos rendir más, encontrar la motivación en el trabajo o encontrar uno nuevo, estar más a gusto con nuestro jefe, sentirnos mejor con nosotros mismos, lograr un ascenso, aumentar el número de clientes, mejorar las ventas, reducir los gastos…
Desde el coaching se posibilita la oportunidad de cambio, de conseguir aquello que en algún momento intentó, imaginó o que persiste actualmente en su cabeza una y otra vez sin que los pasos que va dando le lleven a alcanzarlo.
¿Qué es coaching?
Coaching es un proceso interactivo, que permite desarrollar el potencial individual y colectivo, consiguiendo obtener mejores resultados y mayor satisfacción en las acciones que realizamos.
Esta nueva corriente ha seguido desde hace años una trayectoria con trascendente aumento de demanda en América y otros países europeos, afianzándose actualmente en nuestro país como una potente herramienta dirigida a promover cambios en la persona y en las organizaciones.
Es muy utilizado en el ámbito de la empresa (Coaching ejecutivo y empresarial), donde se ha establecido como método de gestión altamente efectivo. De igual forma y con excelentes resultados, el coaching se despliega en otros campos a nivel personal, deportivo, organizacional, político y educativo.
Fue concretamente en el campo deportivo donde se inició, abriendo posibilidades para que el deportista asumiese la implicación y el poder que está en sus manos para conseguir su meta.

“Quien quiera enseñarnos la verdad que no nos la diga. Que nos sitúe de tal modo que la podamos descubrir nosotros mismos”.
José Ortega y Gasset

Con esta base filosófica presente, en una sesión de coaching la persona explora en su interior las respuestas y los medios que tiene para conseguir la meta que quiere lograr.

El coach es la persona facilitadora del proceso, quien asiste a que el coachee (cliente) pueda establecer sus objetivo, favoreciendo un espacio de confianza, compromiso y aprendizaje que le impulse a trabajar por conseguirlos.
Coaching puede entenderse como una técnica que aplica conocimientos de la psicología a personas y grupos que no presentan patologías clínicas.
¿Cómo se trabaja?

El cliente es quien asume la responsabilidad de definir y alcanzar sus propios objetivos, iniciando con el apoyo del coach un procedimiento para establecer pasos y logros concretos.

Utiliza diferentes metodologías, como la mayéutica, el interrogante, con el propósito de conocer el lugar del que partimos y reducir la distancia entre ese lugar y aquél en el que se desearía estar.

Profundiza en el conocimiento y el deseo, utilizándolo como motor del cambio para un desarrollo progresivo que facilite nuevas posibilidades de acción y nos permita estar más a gusto con nosotros mismos y con los demás.
Maneja el lenguaje, la conversación, los dominios corporal y emocional.

Desde una perspectiva de aprendizaje y crecimiento, examina y afronta modelos mentales, que no son otra cosa que nuestra propia forma de pensar, razonar y relacionarnos con el entorno.
Permite reflexionar, para tomar conciencia de qué, cómo y para qué hacemos y nos comportamos de determinada manera en nuestra actividad diaria.
Ayuda a identificar fortalezas y habilidades, para reconocerlas y utilizarlas en nuestro objetivo de cambio.
Analiza con actitud transformadora puntos débiles y las limitaciones que nos autoimponemos.
Clarifica objetivos y plantea nuevas opciones y posibilidades.
Explora los recursos de los que ya disponemos, los obstáculos que podremos encontrar y la motivación para emprender la acción.
¿Cómo puede ayudarle el coaching?
El coaching personal, responde al deseo de bienestar y evolución en aspectos de la vida privada y social de la persona, permitiendo mejorar su rendimiento, ser más optimista, tomar una decisión importante, iniciar un proyecto profesional, superar bloqueos o momentos de cambio…
En coaching ejecutivo, se persigue incrementar el rendimiento a nivel laboral y personal, alineando el desempeño y capacitación con los objetivos estratégicos del negocio. Se favorece el desarrollo de habilidades directivas, de competencias de liderazgo e influencia, se trabaja la resolución de conflictos de grupo, ascensos, retos profesionales, manejo de las cargas de estrés u otros objetivos más estratégicos como aumentar el volumen de ventas, conseguir mejor posicionamiento en el mercado o reducir gastos.
Las razones que llevan a solicitar sesiones de coaching dependerán del ámbito de aplicación (deportivo, personal, educativo o empresarial) buscando siempre aumentar los niveles de desempeño.
Para ser efectivos, debemos plantearnos retos alcanzables que nos motiven y satisfagan, permitiendo dirigir toda nuestra atención y trabajo a conseguirlos.

Alana Rincón Núñez
Psicóloga y Coach
Hadi Psicología y Psicoterapia

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Taller GRATUITO “Elaboración de menús saludables”

Hadi cumple su primer año y queremos celebrarlo con todos vosotros. Por eso hemos organizado un taller GRATUITO de «Elaboración de menús saludables». Llámanos para inscribirte en el horario que mejor te venga (plazas limitadas)

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SER MADRE, SENTIRSE MADRE

El nacimiento de un hijo es una etapa de cambios y nuevas situaciones que afrontar. Desde Hadi os planeamos un nuevo taller en el que encontrar respuestas ante este nuevo reto.

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Talleres de Verano 2012

Como el año pasado, desde Hadi ofertamos nuestros talleres de verano. Haz que tus hijos aprovechen el verano aprendiendo estrategias y técnicas que les ayuden a afrontar el próximo curso, en un ambiente distendido y sin las presiones y las prisas que se viven durante el curso académico. Llámanos e infórmate sin compromiso. Tel: 942 89 78 95

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PSICOMOTRICIDAD: ¿EN QUÉ PUEDE AYUDARNOS?

Cada vez con más frecuencia se habla de la Psicomotricidad. Pero no siempre queda claro qué es, a quién va dirigida o cómo puede ayudarnos.

El concepto psicomotor es amplio y complejo, y en muchos aspectos va de la mano de especialidades pedagógicas, psicológicas o clínicas.

La psicomotricidad apoya el desarrollo de cada persona a través del movimiento.

Es una disciplina que, basándose en una concepción global, se ocupa de la interacción que se establece entre el movimiento, conocimiento y emoción. Se ocupa de la importancia que estos aspectos tienen en el desarrollo, la capacidad de expresarse y la relación con el entorno.

La coordinación, la expresión del movimiento, la función tónica, la postura, el equilibrio, el control emocional, la lateralidad, la organización espacio-temporal, el ritmo, el esquema corporal, la grafomotricidad, la relación con los objetos, y la comunicación. Son todos indicadores del desarrollo psicomotor. La Psicomotricidad apoya el desarrollo conjunto de todos estos aspectos.

El psicomotricista es el profesional que trabaja con la persona el desarrollo de las posibilidades motrices, expresivas y creativas, como un conjunto. Trabaja a través del cuerpo y del movimiento. Su formación teórica, personal y profesional le permite detectar posibles dificultades que podrían afectar la evolución de cada uno. Facilita situaciones para desarrollar el potencial individual.

El objetivo de la psicomotricidad es trabajar la comunicación desde diferentes vías (la palabra, el gesto, la postura, etc..), preparar a la persona para la escucha y posibilitar un conocimiento personal profundo que facilite la relación en el entorno.

Existen diferentes formas de intervención psicomotriz, aplicables a cualquier edad, y dentro de conceptos preventivo, educativo y terapéutico.

  • La psicomotricidad preventiva y educativa, es el apoyo al proceso madurativo global, centrado en trabajar a través del cuerpo, los aprendizajes perceptivos, de comunicación y de movimiento. Así desde la perspectiva psicomotricista se refuerza en los niños el desarrollo conjunto de áreas motoras, comunicativas, cognitivas y de relación. Estimula la creatividad como medio de expresión y facilita herramientas para solucionar problemas.

Es positivo para niños con rechazo a las actividades dinámicas, con pequeños retrasos en el desarrollo motor o con dificultades de relación, en situaciones de juego.

  • La psicomotricidad terapéutica es el trabajo de posibles dificultades motrices, emocionales, conductuales, intelectuales o sociales, a través del cuerpo y del movimiento. Este tipo de psicomotricidad puede ser una terapia en sí misma o un complemento a otras terapias, (psicología, fisioterapia, logopedia, etc.…)

Es positiva para personas en cualquier etapa de la vida, desde el niño al adulto, que necesiten trabajar a través del cuerpo y del movimiento, posibles dificultades de movilidad, motricidad fina o gruesa, dificultades psicoafectivas, de control emocional o de relación.

Cada persona nos hemos construido a través del movimiento. Desde los primeros meses de vida iniciamos la exploración del mundo adquiriendo habilidades motoras. Pasamos de lo corporal a lo cognitivo, de la acción a la representación, de lo concreto a lo abstracto. Ese proceso se acompaña de una vida de relación, de afectos, de emociones, de comunicación. Todo ello se encarga de matizar el proceso de desarrollo psicomotor individual.

Es imposible separar los aspectos de desarrollo personal, y es por eso que a través de la Terapia Psicomotriz se puede apoyar el desarrollo conjunto de todas las áreas, a través del movimiento.

La Psicomotricidad desempeña un papel fundamental en el desarrollo de la personalidad humana.

Irene Gurrea

Fisioterapeuta

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EL PAPEL DE LA FAMILIA EN LA CONDUCTA DE LOS HIJOS

La Familia cumple varias funciones; como institución social, apoyo económico, educa y socializa a los hijos, y por último aporta apoyo emocional. Si nos centramos en las dos últimas funciones hay que resaltar la importancia que las normas, reglas y valores cumplen en la educación de los hijos. De igual manera, es necesario que se reconozca al hijo/a, como ser único y demostrarle que, en muchas ocasiones, tienen el apoyo incondicional de los miembros de la familia.

Somos conscientes de lo complicado que resulta educar a los hijos/as, las presiones a las que se esta sometido en el trabajo, la casa, el cansancio, etc.., lo cual influye en que en muchas ocasiones no nos encontremos en las mejores condiciones para escuchar, comunicarnos y educar a nuestros hijos.

Aún así, es importante destacar que los hijos necesitan normas, independientemente de su edad, aunque sean diferentes según la edad, no según el sexo. Tanto el exceso, como la carencia de normas tienen consecuencias negativas para el desarrollo de los hijos. Las normas aportan sensación de seguridad, deben existir pocas normas pero mantenidas con seguridad y firmeza. Habrá normas que no tengan posibilidad de cambio, otras que se podrán negociar, y habrá otros temas en el que el hijo/a adquiera la responsabilidad sobre ellas. Hay que situarse sobre el comportamiento, no sobre las emociones (tiene derecho a estar enfadado, pero no a pegar por ello). Es importante que siempre haya razonamiento, sea cual sea la edad, el niño de 2 años no entiende todo el razonamiento, pero entiende que no se hace porque sí. Y hay que reforzar la sensibilidad a las necesidades de los hijos.

A lo largo de la infancia y adolescencia de los hijos, nos podemos encontrar con diferentes dificultades que en ocasiones nos sobrepasan y que en ocasiones no encontramos la respuesta; “¿por qué se comporta de esa manera?”, “¿por qué es así, si nosotros hemos intentado educar a todos nuestros hijos igual?”, “no me hace caso, da igual que se lo diga por las buenas, que por las malas”, ¿por qué tengo que repetir todos los días lo mismo para que se lave los dientes, recoja la ropa ó se ponga a estudiar?”, “siempre dice que no”, “parece que no escucha cuando le hablas”, etc.

El como nos comportamos tanto los adultos como los niños, responde a un aprendizaje. Sin quitar la influencia que el componente hereditario tiene en nuestra conducta, lo fundamental en el comportamiento de las personas es el ambiente, porque en él se generan la mayor parte de los aprendizajes. Nadie nace simpático, triste, ó desobediente, etc., sino que a lo largo de la vida vamos aprendiendo a ser como somos. Se puede decir que en este aprendizaje hay dos variables implicadas: nuestra propia conducta, lo que decimos, hacemos y pensamos. Y las conductas de los demás, o dicho de otra forma, su reacción ante lo que hacemos.

Teniendo en cuenta todo esto, se hace visible la importancia que las normas, y las diferentes técnicas de modificación de conducta tienen sobre la conducta de los hijos. Para el aprendizaje de nuestros hijos, es importante la actitud que mostramos los adultos. Por una parte, enseñando con nuestros comportamientos un modelo adecuado (al hablar con lo demás, al resolver conflictos sin pelear, cuando damos opiniones que son distintas al resto, cuando expresamos emociones de forma adecuada, etc.). Por otra parte, es importante valorar los aspectos positivos, no se puede enseñar comportamientos a nuestros hijos sólo recriminándoles lo que hacen mal. Resulta mucho más útil para el niño recibir elogios, alabanzas ó una caricia por las conductas que hacen bien, ó que están intentando mejorar. Agradecerle las cosas buenas que hace y trasmitirle lo contentos que esto nos hace sentir. Por último, enseñarles que mi “forma” no es la única de resolver un conflicto, y se le puede ayudar a que piense en varias soluciones y elija la más adecuada.

Por todo ello, se hace fundamental el papel de la familia en la conducta de los hijos. Es necesario buscar un tiempo útil con nuestro hijo/a, donde se pueda hablar de lo que ha ocurrido durante el día, lo que le preocupa y recordarle lo mucho que se les quiere. Todo ello facilitará la relación padres–hijos, les aportará seguridad emocional, y contribuirá a una mejor educación y socialización.

Almudena Fuentevilla Edesa
Patricia Díaz-Tendero Sánchez
Psicólogas
Hadi Psicología y Psicoterapia

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¿CÓMO PODEMOS AYUDAR A NUESTROS HIJOS A AUMENTAR SU RENDIMIENTO ACADEMICO?

Manuel tiene 13 años, es un niño responsable y alegre. Dedica gran parte de la tarde a la realización de deberes y al estudio de las diferentes asignaturas. Su madre se siente orgullosa de ver que está tan comprometido con sus tareas, pero con la llegada de las notas del primer trimestre «llegaron las dudas» ¿ por qué las notas no reflejan la dedicación que Manuel le pone al estudio? Tras el primer trimestre las calificaciones de Manuel no han sido las esperadas. Dos suspensos con un 4 y el resto de asignaturas aprobadas pero sin grandes calificaciones. ¿qué está pasando?

En muchas ocasiones, les pedimos a los niños que estudien pero nos olvidamos de enseñarles cómo. Sentarse en la mesa de estudio, leer y memorizar a veces no es suficiente para que los niños ( así como los adolescentes e incluso los adultos) procesen los contenidos y sean capaces de entenderos y aplicarlos adecuadamente. Es aquí donde entran en juego las técnicas de estudio. Son habilidades, estrategias y técnicas que ayudan a mejorar y a rentabilizar el estudio.

Al hablar de fracaso escolar, debemos reflexionar sobre casos como el de Manuel. Cuando la dedicación y el esfuerzo no son recompensados, los niños (y las personas en general) tienden a emociones tales como la desesperanza, la impotencia, la frustración y la sensación de ser incapaces de conseguirlo. Lo que puede llevar a reducir la motivación del niño hacia los estudios y a que vaya poco a poco desvaneciéndose su implicación y dedicación a los mismos. Por ello, intervenciones psicoeducativas, basadas en el aprendizaje de técnicas de estudio así como de estrategias para fomentar la motivación y la seguridad en sí mismos, pueden ayudar solucionar situaciones como las de Manuel y evitar consecuencias a largo plazo.

Sin embrago, hay casos diferentes al de Manuel que también pueden beneficiarse de este tipo de intervenciones. Algunos ejemplos pueden ser Marta y Juan.

Marta, a sus 12 años, tiene una amplio historial de notables y sobresalientes. Sin embargo, en el último año sus calificaciones han bajado. Los padres de Marta, acostumbrados a sus destacables notas, no saben cómo afrontar esta nueva situación. Marta comenta que estudia igual que antes y sus padres aseguran que cuando le preguntan en casa se sabe los temas muy bien. Pero Marta llega a los exámenes y «se queda en blanco», no es capaz de recordar y tampoco de concentrase en el examen. ¿Cómo podemos ayudar a Marta? El miedo de Marta a suspender un examen es tal, que se apoderan de ella altos niveles de ansiedad que le impiden desarrollar sus exámenes con normalidad. Una intervención dirigida a enseñar a Marta cómo controlar su ansiedad ante los exámenes, puede ser una de las iniciativas que deberían llevarse a cabo (combinada probablemente con otras dirigidas a graduar su autoexiegencia).

Juan, tiene 14 años y es un chico muy activo. Le encantan los deportes y la música. Juega al futbol en un equipo, entrena dos días en semana y tiene partidos los fines de semana. Además es un buenísimo guitarrista, lleva 2 años acudiendo a clases de solfeo y guitarra, disfruta muchísimo con ello. Este año, sus notas en matemáticas no hay sido muy buenas, por ello acude dos horas a la semana a clases particulares de matemáticas, en la misma academia en la que le dan inglés extraescolar. El problema de Juan, es que cuando llegan los exámenes, se organiza para estudiar, pero según sus palabras «no rinde», le cuesta concentrarse y le lleva horas hacer tareas sencillas. ¿Qué está pasando con Juan? Juan es un caso claro de estrés. Los días se le quedan cortos para todo lo que tiene que hacer. Entre su horario en el Instituto y las actividades extraescolares, le queda tiempo limitado para el estudio. Sin embargo, Juan se organiza bien con todas sus actividades y programa sus tiempos de estudio. El problema es que no programa tiempo libre y de descanso, y esto es muy importante. Tener tiempo libre para ocio y relajarse llevaría a Juan no llegar tan cansado (psicológicamente) durante sus horas de estudio. Es básico programar descansos adecuados para «oxigenar» nuestro cerebro y así poder rendir al máximo durante el tiempo que destinamos a estudiar.

Estos son solo algunos ejemplos que nos sirven para representar ciertas dificultades que pueden darse. Sin embargo, es importante valorar cada caso y buscar estrategias de solución individualizadas y concretas para cada niño. Afrontar estas dificultades en el momento adecuado puede ayudaros a prevenir situaciones académicas más complicadas en el futuro.

Patricia Díaz-Tendero Sánchez
Almudena Fuentevilla Edesa
Hadi Psicología y Psicoterapia

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