COMIENZA LA VUELTA AL COLE

Comienza un nuevo curso escolar, y los niños, adolescentes y padres vuelven a las rutinas y los horarios.

Ha sido un largo verano, en el que los horarios de sueño, comidas y tiempo dedicado a nuestras tareas se ha visto sometido a algunos cambios, por ello, en ocasiones, se hace algo difícil regresar “al cole”. Aunque podemos tener en cuenta algunas herramientas para que este camino se haga más fácil.

Uno de los principales pasos es adaptarse progresivamente al nuevo horario. Como hemos comentado anteriormente durante el verano se ha retrasado la hora de ir a la cama, los horarios de comida han sido mucho más flexibles, por lo que puede pasar que si no introducimos los nuevos horarios de dormir y comer unas semanas antes, la primera semana de vuelta al cole les puede resultar mucho más difícil. Los primeros meses, puede que se encuentren muy cansados (sobretodo los niños más pequeños), y aumenten las pataletas o rabietas, sobretodo a última hora de la tarde, en este caso se puede adelantar  un poco la hora del baño y acostarlo.

Los primeros días, pueden mostrarse contentos por volver a ver a sus amigos/as, pero tras ese momento inicial se suelen cansar, incluso rechazan volver a clase. Comienza un largo periodo que les supone un gran esfuerzo, por ello debemos trasmitirle nuestro entusiasmo, hablarles de los buenos momentos que van pasar y valorar que cosas gratificantes pueden vivir en este nuevo curso. Se debe hablar de forma natural de la vuelta al cole, sin obviarlo, sobretodo si existe un rechazo a la vuelta al cole.

Intentar que las despedidas antes de entrar a clase sean cortas, un beso y un abrazo. Trasmitir tranquilidad y seguridad, devolviéndoles la vuelta al cole con un mensaje positivo; “veras a tus amigos”, “vamos a comprar la carpeta nueva, a ver que dibujo te gusta”, “¿cuánto hace que no juegas en el recreo con…?”, “¿a dónde iras de excursión este año?”, “¡aprenderás cosas nuevas!”, etc. Evitar mensajes como, “¡Ay el pobre!, que se queda solito”, “No llores que mama/papa/abuelos se van tristes”, pues de esta manera les trasmitimos ansiedad e inseguridad, y asociaremos ir al cole con sensaciones negativas.

También nos podemos encontrar que cuando salen del cole nos ignoran ó en el sentido opuesto, no nos quieren soltar y se muestran muy efusivos al vernos. Son diferentes formas de reaccionar al mismo sentimiento, que es miedo a la separación y/o enfado por “haberlos dejado”. La mejor forma de actuar en estos casos, es la normalidad. No debemos intentar interrogarles, ni enfadarnos o mostrarnos tristes, sabemos que es algo normal de este proceso y se les pasará. Pero no debemos mostrar más atención de la necesaria a esta conducta, o de lo contrario reforzaremos la conducta que queremos que desaparezca.

Es normal que les queramos preguntar que tal el día, pero no de forma intensiva y no todo en el mismo momento de salir del cole. Podemos hablar de ello en la merienda, el baño, también en el momento de acostarse, siempre dando tiempo a su propio ritmo.

Dedicar un tiempo en casa a jugar y también a recuperar el hábito dedicado a las tareas. Puede que las primeras semanas apenas tengas cosas que hacer, pero es positivo que se vayan adaptando a un periodo de tiempo en el que tienen que estar sentados y manteniendo la atención en una tarea, que a priori no les genera una gran motivación. Para ello podemos elaborar conjuntamente con él/ella, un horario en el que se tengan en cuenta las horas de estudio/tareas y de descanso.

La vuelta al cole supone un reto para las familias, pero siempre es un aprendizaje para todos. ¡ÁNIMO, COMENZAMOS!

Almudena Fuentevilla Edesa

Patricia Díaz-Tendero Sánchez

Psicólogas

Hadi Psicología y Psicoterapia

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