La atención y la concentración son fundamentales para aprovechar las horas de estudio y las explicaciones dadas por el profesor en clase. Para muchos esto es un verdadero problema. La necesidad de estar atentos y de concentrarse en el estudio es algo básico.
Pero existen muchos elementos que influyen en la atención:
– La motivación y el interés con que estudiamos.
– Las preocupaciones: problemas familiares, problemas con los compañeros, problemas con los amigos, preocupaciones sexuales o amorosas, problemas de dinero, etc. Las preocupaciones causan mucha ansiedad y desconcentran nuestra mente a la hora de estudiar o atender.
– El lugar donde se estudia.
– La fatiga: no se puede estudiar estando cansado o con sueño.
Podemos hacer algo para que estos factores nos influyan lo menos posible. Intenta motivarte. Piensa que lo que haces es para ti, sino ten por seguro que fracasarás. ¿Por qué estudio? ¿Qué deseo llegar a ser? ¿Qué puede aportarme el estudio a mi formación como persona? Respóndete a estas preguntas y a partir de ahí actúa. Piensa en ti, en tu futuro, en tus ideas, en tus ilusiones, no te dejes llevar por las situaciones adversas que te rodean, ni por los comentarios; lucha, esfuérzate, sigue adelante.
También debes intentar resolver los problemas o las preocupaciones. Afronta los problemas. Búscales una salida. Siempre hay una solución. Busca consejo, busca ayuda en profesores, amigos, padres, psicólogos. No te dejes derrumbar.
Cuida tu estado físico y tu descanso. No seas un dormilón. Respeta tus horas de sueño. Haz algo de deporte.
Por tanto factores que facilitan la concentración / atención: Lugar silencioso, no oír ni ver TV; Que no te molesten en casa (enseñar tu horario de estudio y que lo respeten, no recibir llamadas,…); Lugar de estudio adecuado (organización del espacio de trabajo: ya visto); No pensar en otras cosas; Evitar la monotonía (cambiar de asignatura); Adquirir hábito de estudio; Dormir 8 horas (mínimo); A veces cuesta concentrarse porque las exigencias que nos hacemos son poco realistas (“no me da tiempo”…, cuando quieres estudiarte una materia en un día y por eso no te concentras), sientes insatisfacción si no consigues concentrarte durante 2-3 horas seguidas. Por eso es importante la planificación; No existe una proporción fija de tiempo durante el cual “se deba” ser capaz de concentrarse. Si la tarea es ardua necesitarás descansos intermitentes (no muy largos): concédete los descansos sin ningún sentimiento de culpa (no dejas por ello de estudiar, es sólo una tregua), ya que si intentas estudiar 3 horas seguidas y no lo consigues (que es lo más probable) tendrás un gran sentimiento de fracaso. El remedio consiste en pensar: “Bien, me he tomado un día libre, sólo se trata de una excepción. No significa que haya roto mis buenos propósitos, únicamente estoy relajándome un instante”.
La atención, por lo tanto, no es solo algo relacionado con la fuerza de voluntad. También debemos tener en cuenta todo lo expuesto anteriormente. Para eliminar el aburrimiento estudia de una forma activa y dinámica: con bolígrafo y papel. Toma notas, subraya, haz esquemas, busca en el diccionario las palabras que no entiendas. Cuando estés en clase toma apuntes, mira al profesor, pregunta cuando no entiendas algo. Seguir las explicaciones de la clase es uno de los momentos a los que más rendimiento sacamos partido. Se positivo tanto con el profesor como con la materia. No te hundas por las adversidades que vayas encontrando. Todo esto te garantizará el aprendizaje posterior de ese contenido. ¡Te lo aseguro!
Almudena Fuentevilla Edesa
Patricia Díaz-Tendero Sánchez
Psicólogas
Hadi Psicología y Psicoterapia